lunes, 14 de octubre de 2013

Los que nacemos burros, del cielo nos cae la albarda



El mayor reconocimiento de nuestros errores nace en nosotros mismos. Como en las islas decimos, es el caso  del "torrontudo", palabra muy nuestra que define «al que le cuesta bajarse del burro cuando está convencido de tener la razón», lo mismo que testarudo, terco y obstinado. Y como recoge la Academia Canaria de Canarismos «Es tan torrontudo, que no hay quien lo haga cambiar de opinión».

Ni que decir tiene que "testaduro" viene de "testa", de tenerla muy dura, tan dura que cuando se da cuenta de que tenía que haberse bajado del burro porque no tenía razón, prefiere reconocerlo él antes que nadie, pues hasta en eso es "torrontudo".

Y en descarga de su "torrontudez" dice que lo es porque su condición (la albarda), le cayó del cielo, reincidiendo de nuevo al santificar su condición alegando que no depende de él corregirla. Es lo que llamanos la "enjundia" del canario, ese gran arte de darle la vuelta a las cosas.


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