miércoles, 30 de diciembre de 2015

Vaya guineo, usted

Como otros muchos decires de esta tierra, algunos siguen pronunciándose en contadas ocasiones sin que por ello quien lo dice conozca de su verdadero origen, y que en este caso, algunos atribuyen erróneamente al ensordecedor “cloquío” de las gallinas blancas ponedoras (algunos decían que eran el resultado de cruces con la gallina guineana), que allá por los años sesenta del pasado siglo se criaban en las azoteas de la Isla, bien en gallineros o en jaulas para ponedoras. La venta de los huevos constituía un ingreso complementario para las familias en aquellos tiempos difíciles, década en que se dejaba atrás la autarquía con la llegada de los ministros tecnócratas y la ayuda de los EE.UU. al régimen. Pero no era este el origen de nuestro decir.

Los hermanos Millares Cubas en la “Refundición del Léxico de Gran Canaria” incluyen su significado que es bastante distinto al imaginado: «GUINEO.- Vino de América, donde guineo era un baile de negros y también el canto monótono que lo acompañaba. Para nosotros el guineo es una canturía continuada, monótona y fastidiosa; por ejemplo, el quejido sin lágrimas del niño después de una rabieta. También se llama guineo la conversación aburrida y monótona de los solistas o modernos latistas, semejante al zumbido de un abejón.

Con este vocablo se ha construido un refrán canario ¡Guineo de boca cualquiera lo toca! que, ¡oh, maravilla! diríase expresamente hecho para el Parlamento hispano en el que tanto abundan los guineos y los cualquieras».

Años después, Pancho Guerra nos da su versión más actualizada: «GUINEO.-Sonsonete molesto en que puede caer un ruido o una conversación. (Guineo es en castellano cierta música y baile de negros. Por aquí se endereza la raíz del popular término. Quevedo, en el Libro de todas las cosas, dice: "Si escribieres comedias y eres poeta, sabrás guineo en volviendo las “rr”, “ll” y al contrario, como Francisco Flancisco, Primo Plimo." Según el Diccionario, es cierto baile de negros. Música de este baile….)».

Nos remite también Pancho Guerra en el significado de “guineo” a otro término «TINETE.- Sonsonete, reiteración monótona de sonido o palabras. Petición insistente y molesta: "iCogió un tinete... !". Tonillo o entonación peculiar que imprime una persona a su habla. Se aplica también a la canturia con dejo de los chicos de la escuela, cuando colectivamente dicen o estudian una lección. Es, pues, un tonillo, dejillo, sonsonete, retintín, dicción de cadencia monótona».

El remitido que nos hace Pancho Guerra al castellano, no es otro que la segunda acepción del DRAE. «GUINEO.- 2. m. Cierto baile de movimientos violentos y gestos cómicos, que era propio de la gente de raza negra. Pero es precisamente su tercera acepción «3. m. Tañido o son del guineo, que se toca en la guitarra», la que nos permite entender el significado del refrán canario recogido por los hermanos Millares Cubas, pues es más difícil “tocar” su son en la guitarra, que simularlo o “tocarlo con la boca”,  como bien dice el repetido refrán ¡Guineo de boca cualquiera lo toca!.
 
Pepe Cañadulce en Taliarte (Jaime O'Shanahan - MDC)
Después de todo lo dicho, hay un “guineo” querido y reconocible en el recuerdo, con su particular acompañamiento, que se hizo famoso en el pasado siglo para la chiquillería y mayores, era el que gritaba Pepe Cañadulce cuando se anunciaban las fiestas del lugar. Aquel personaje del barrio de San José de Las Palmas, tenía el atributo de que su voz ampliada emitiera uno de los pocos “guineos” que siempre motivaba alegrías y sonrisas, ganando afectos y simpatías. No podía tener otro apodo más acertado para conquistar el buen ánimo en la chiquillería: “Cañadulce”, ese pedacito pelado del tallo de la caña de azúcar que era chupado como golosina. Como dice la locución conocida: ‘Si masticas el chupo, te queda un sabor a jarabe’.

Nuestro recordado Pepe era quien con su característico “guineo”, después de redoblar su tambor, usando un gran fonil a modo de amañado altavoz o megáfono del siglo pasado, se convertía en el pregonero de todas las fiestas de barrios, siempre acompañando a los “papahuevos” y a la improvisada y desafinada banda de música del lugar.

Sus hábitos, costumbres y salidas de tono, en su permanente deambular por las calles de su popular barrio de San José, los escribió el poeta de Valleseco Olegario Marrero Tadeo para la “Isa a Pepe Cañadulce” que interpretaron “Los Faycanes”, con música del director del grupo Antonio Cejudo.

Ya llegan los papahuevos bailando a la Portadilla
Cañadulce es el primero gritando con su bocina.
El tambor a la cintura, de vez en cuando un redoble
¡cachimba! soltó el Rapadura ¡hijo puta! le responde.
Se acerca con el guindilla una jurria en pelotera
y el Parranda en una esquina se duerme la borrachera.
Tiraron tres voladores cerquita del torreón
y del fondo de un portón salieron las maldiciones.
Ya se van pal  Moñigal el guindilla con la gente
y los papahuevos detrás y Pepe el bobo caliente.


El característico “guineo”, a grito pelado con su boca pegada a la del gran fonil de latón, de aquel que era conocido popularmente como Pepe Cañadulce, José Santana Castro decía su documento de identidad, era un reconocible “tinete” que dejó de oírse a mediados del mes de octubre de 1991, cuando su corazón ya no pudo resistir la “avería” que le aquejaba de tanto trasiego de vida que vivió con plenitud y regocijo.

Para los más jóvenes, incluimos el significado de algunos canarismos del diccionario de la Academia Canaria de la Lengua: «PAPAHUEVOS.- Cada una de las figuras de gigantes o enanos de gran cabeza que animan ciertas fiestas. U. m. en pl. ‘Cuando era chico, les tenía mucho miedo a los papahuevos’» y el desusado término aragonés del «FONIL.- Utensilio de forma cónica, con el extremo inferior más estrecho, para trasvasar líquidos. ‘Si hubiera usado un fonil, no habría derramado tanta leche’».

Pancho Guerra nos amplía el significado de la segunda: «FONIL.- Expresión popular y casi exclusiva del embudo. (Registrado en el Diccionario, pero de poco uso en la Península.) Por similitud se dice que "es un fonil" el bebedor incansable». El remitido al DRAE que nos hace nuestro célebre autor a dicho término, nos aclara su particular uso en la península «Embudo con que se envasan líquidos en las pipas».

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